Reincide en comparar la eutanasia con los “campos de exterminio”.
• Lo único que aclara la nota del obispo es que su mentalidad es más propia de la Edad Media que del siglo XXI, y que no puede moderar sus manifestaciones por mucho que lo intente.
• Las inaceptables declaraciones del obispo de Alcalá de Henares atentan contra la legalidad democrática y manchan el nombre de nuestra ciudad.
El obispo Juan Antonio Reig Pla y su cohorte, emitieron ayer una supuesta “nota aclaratoria” que no ha hecho más que confirmar su mentalidad retrógrada y medieval, muy alejada, tanto en el fondo como en las formas, del pensamiento y la doctrina cristiana y católica de nuestros días, precisamente cuando el Papa Francisco promulga cierta apertura de mentalidad de la Iglesia con respecto a la realidad social de la cultura occidental.
El obispo arremete una vez más contra nuestra organización política sin nombrarla, como responsable de los avances y el progreso de nuestra sociedad durante las últimas décadas que parecen molestarle. El PSOE ha conseguido reflejar en nuestras leyes la natural evolución de nuestro país, desde el tardo-franquismo hasta nuestros días: Las leyes del Divorcio, de la Interrupción del embarazo atendiendo a diversos motivos, las leyes de Igualdad y la reciente Ley de Eutanasia aprobadas en las Cortes Generales gracias a nuestras iniciativas legislativas nos enorgullecen.
Todas las españolas y españoles se benefician de estos avances sociales recogidos en nuestras normas y leyes, y por supuesto, también las católicas y católicos se acogen a las mismas ejerciendo sus derechos, a pesar de que históricamente siempre se han escuchado voces ancladas en el pasado en contra del lógico progreso social del que disfrutamos.
De hecho, y como no puede de ser de otra manera tratándose de un partido político mayoritario como el nuestro, lo componen en una parte sustancial personas creyentes y practicantes de la fe cristiana, que en ningún caso están de acuerdo con las hiperbólicas comparaciones del obispo Reig Pla, ni en su lenguaje habitualmente agresivo para quienes no compartimos su obsoleto ideario.
Las inaceptables declaraciones del obispo de Alcalá atentan contra la legalidad democrática y manchan el nombre de nuestra ciudad. Su última nota no hace más que enfatizar su carácter radical, aún intentando expresarse con moderación sin ningún tipo de éxito, ya que con un tono aparentemente amable vuelve a incidir en algunos disparates por los que no se excusa y que en ningún caso rectifica.
Desde el PSOE respetamos a los creyentes, a los no creyentes y a los practicantes de todas las religiones. De hecho mantenemos una buena relación con las cofradías de Alcalá de Henares y prueba de ello es que gracias a nuestro trabajo conjunto, nuestra Semana Santa fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Afortunadamente las creencias espirituales dejaron de influir en los poderes legislativos desde que la teoría de Charles Louis de Secondat y Montesquieu pasara a formar parte de los primeros textos constitucionales a finales del s.XVIII. Lamentablemente aún existen estados que fundamentan su legislación en creencias religiosas, y a los que comúnmente nos referimos por ello como “fundamentalistas”: al parecer éste sería el ideal de personas con el pensamiento que expresa en sus escandalosas declaraciones el obispo Reig Pla, que reutiliza la vergonzante comparativa del “exterminio”, en un discurso situado en las antípodas de quien debiera promulgar la paz social, la concordia, el respeto y la tolerancia, en concordancia con su cargo eclesiástico y con el cometido ético y moral que se le debería suponer.